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Recientemente, sucedió tal molestia: compré a mi hija botas de cuero de temporada. Y quería crecer, es decir, un tamaño más grande. Los midieron durante mucho tiempo, los recogieron y, como resultado, se fueron con botas del tamaño incorrecto. Cuando llegué a casa, descubrí que las botas no eran demasiado grandes, pero que ya eran casi pequeñas: el dedo gordo descansaba en la punta de la bota. Leer Más
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